Los tipos de ecografías que existen y para qué sirven

Los tipos de ecografías se clasifican en función de la parte del cuerpo sobre la que se practican

La ecografía diagnóstica es una técnica no invasiva que consiste en analizar distintas partes del cuerpo, bien para detectar una enfermedad o lesión, o para saber si el tratamiento que se está siguiendo es el adecuado. La ecografía funciona a través de ondas (ultrasonidos) y que son las que penetran el cuerpo para poder, finalmente, emitir una imagen. Hoy en día existen distintos tipos de ecografías que no solo se clasifican por la parte del cuerpo en la que se realizan, sino también según las imágenes que generan.

¿Cuáles son los tipos de ecografías?

El tipo de ecografía que se practica al paciente depende del objeto de estudio que se solicita, es decir, qué es lo que se quiere diagnosticar. Es así como encontramos ecografías diagnósticas de tiroides y abdominales, pero hay muchas otras que veremos más adelante. Por otra parte, en función del equipo médico que se emplea, también hay ecografías bidimensionales, tridimensionales y de cuatro dimensiones.

Los distintos tipos de ecografías funcionan de manera similar y su objetivo es el mismo: visualizar las estructuras y los órganos del cuerpo a través del eco (registro del reflejo), utilizando ondas de ultrasonido de alta frecuencia y que no pueden ser percibidas por el oído humano. Las ondas se emiten por el transductor, el instrumento que se coloca sobre la piel.

Los tipos de ecografías pueden ser abdominal, vascular, músculo-esquelética, etcétera

Las ondas del sonido se reflejan hacia el transductor, se registran y se transforman en imágenes que puedes ver en el ordenador de la máquina.

Los tipos de ecografías por la zona donde se practican

Gracias a los avances de la tecnología, hoy en día existen distintos tipos de ecografías en función de las partes del cuerpo sobre las que se practican. Estas son las más frecuentes:

  • Abdominal. Aquí se hace un estudio de los órganos y demás estructuras dentro del abdomen. La ecografía diagnóstica abdominal puede ser general, pero también se divide, a su vez, en otras pruebas más concretas. Es así como también es posible que el médico pida una ecografía hepática, que evalúa el hígado; renal, para estudiar los riñones y la vía excretora; ginecológica, para analizar el útero y los ovarios; también es posible conocer las condiciones de la vejiga gracias a la ecografía vesical o la situación de la próstata a través de la ecografía prostática.
  • Ecografía de tiroides. Consiste en analizar la glándula del cuello encargada de regular el metabolismo.
  • Musculoesquelética. Su objetivo es explorar distintas estructuras del aparato musculoesquelético. Aquí se destacan los músculos, ligamentos, cartílagos, tendones, bursas y la superficie de los huesos.
  • De partes blandas. Para determinar las causas de aumentos de volumen de la piel e hinchazón de ciertas partes del cuerpo, se recurre a este tipo de ecografía diagnóstica. Se realiza a nivel superficial y permite detectar problemas como hernias y lipomas, entre otros.
  • Vascular. En esta ecografía se examina la circulación de la sangre por las arterias y se subdivide, a su vez, en tres tipos de ecografías diagnósticas: carotídea, vascular y venosa. La primera, que se llama Doppler de TSA, tiene como objetivo examinar la circulación de la sangre por las arterias carótidas, que se encuentran a ambos lados del cuello. Además, también tiene el objetivo de evaluar el grosor de la pared de la carótida y detectar la posible presencia de coágulos. La ecografía vascular analiza las arterias del cuerpo, como, por ejemplo, la aorta. Por último, la ecografía venosa evalúa las varices y la presencia de trombosis en las venas.

Ecografías diagnósticas por las imágenes que muestran

Las ecografías diagnósticas también se clasifican en función del tipo de imágenes que muestran. Es así como encontramos la ecografía bidimensional, mejor conocida como 2D y que es la más común. En este tipo de ecografías, las imágenes que se obtienen tienen una forma plana o en dos dimensiones y se emiten en una escala de grises.

La ecografía tridimensional o 3D permite obtener imágenes de tres dimensiones, es decir, con volumen. Este tipo de imágenes puede obtenerse porque se reconstruyen datos utilizando distintos ángulos. Por último, la ecografía 4D o de cuatro dimensiones produce imágenes que se obtienen a partir de las ecografías 3D. Es decir, se trata de imágenes 3D y que se almacenan en una rápida sucesión para generar una imagen de cuatro dimensiones que, además, tiene movimiento y que es bastante realista.

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